Psicosis

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En la psicosis en la que vivimos, llegar a un lugar desconocido, conocer a una desconocida y pasar unos días en su hogar parece un riesgo innecesario, para ambos, más para ella. Así nos conocimos, sin detenernos a pensar en los peligros, presentes y futuros. Sin importarnos perder el pellejo o peor aún, conectar y entregar sentimientos e intimidad. Hablamos, nos observamos, enfrentamos el frío para que ella pudiera fumar, intercambiamos tragedias, dejamos a nuestros respectivos conocidos. Nuestros pasos, discretos, nos llevaron a su casa, compartimos la cama, la comida, el baño y las ganas de postergar la separación lo suficiente para que perdiera el tren dos veces y una noche se volvieran tres.

Ave Literaria

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