Disculpa que te escriba unas pequeñas letras, sé que ya no está
de moda escribirle a nadie, y que luce anticuado escribir a estas altura una
carta de amor. Sólo entiendo, que a veces nos quedamos sin palabras ante lo
sublime y no sabemos qué decir cuando encontramos a alguien, que se ha robado
lo más profundo de tu corazón, sin quererlo…
Ya los caballeros no rescatan a las
princesas de los Dragones, y los poemas son ahora pedazos de papel perdidos en
viejos libros, en el tiempo. Pero a pesar de todo ello, lo único que no ha
cambiado los años y los siglos es la esencia, es la fuerza del alma, son los
sentimientos que llevamos por dentro. Y por ello, el amor vive y porque soy un
quijote perdido en el tiempo, he decidido, dejar constancia en nombre de Dios con mi puño y letra, lo que te he
querido decir desde hace tiempo…
Tú llegaste
a mi vida un día tormentoso e inesperado. Quiero que entiendas ante todo, que
ya existías desde siempre en mi alma y has vivido conmigo, respirado y dejando
huellas anónimas en mi almohada. En las noches largas, en las tardes cortas y
en los días lluviosos, en los cuales te
has convertido con tus gestos dulces, en un suspiro sin fin…
Ese amor, inesperado, tierno, apasionado, fuerte es el que
siempre quise adorar y conocer toda mi vida. Tú cambiaste, el nombre de las
estrellas, de los días y los segundos. Y entraste intempestiva en mi vida,
haciendo todo en esa tarde cuanto era imposible para arrancarme una sonrisa de
mis labios…
Tú, eres una poesía para mi alma y una historia sin fin que no
quiero que se acabe jamas. Tú, eres un canto al amor y un suspiro eterno. Tú
dibujaste en mi boca todas las estrellas del universo y en mi piel sembrarás
las marcas ardientes de una historia sin fin. Tus palabras, me hicieron temblar,
sabiendo exactamente qué palabras querías escuchar. Estremeciéndome, sin hablar
mientras leía y hablándome con tus ojos plasmados en una foto, en silencio…
La soledad, nunca me dio la cara cuando estaba a mi lado. Tú
decidiste un amor en menos de diez segundos, rompiendo con tu picardía
cualquier posible defensa. Mostrándome, también sin hablar, que las miradas
hablaban por sí solas…
Tú eres la mujer perfecta, y tus defectos me encantan. Tú
rompiste mis barreras, haciéndome variar de paradigmas. Tú caminaste por mi mente,
cuando no te sabía…
Tú no imaginarías jamás cómo envolviste mi alma, con tus
palabras. Tu eres hermosa, inteligente, vivaz, perversamente conquistadora y
dulce. Tú decides, cuando lo tomas o lo dejas. Tú, eres siempre la fuerza de un
huracán que no puedo dominar, tú me entiendes. Tú, vas más allá de lo
inesperado entre mis sueños y mis deseos…
Tú, eres de gustos hermosos y sencilla es
tu esencia. Tú, eres el Claro de Luna de DeBussy, el verso perdido de Neruda
que le faltaba a mi alma. Tú eres, imaginando, una obra de arte perfecta de Dalí Y tus dulces
piernas, son el deseo, la luz de mi cuarto que encienden una aventura. Que me
hace pensar, que eres realmente el origen de todos mis escritos…
No sabía cómo era tu piel, ni tu rostro. No sé, cómo es tu voz
aún cuando me has acompañado en mi vida, aún antes de tu llegada. Sólo sé, que
cuando te vi eras todo cuanto he soñado…
Y sí, tú eres el amor, que he esperado y siempre lo fuiste, aún
cuando no nos habíamos encontrado en una vieja calle de la vida, para besarnos
y amarnos. Ahora sé, que tú existes desde siempre. Y entiendo, porque
dentro de mi corazón has vivido y vivirás por siempre conmigo…
Sólo te pido, amor anónimo. Que te quedes hoy, para que vivas de
día y de noche el origen de todos los poemas. No te digo, que tienes que decir
que sí o prometerme la luna… Sólo, me bastaría, que te sentaras conmigo un rato
debajo de ella, para admirarla…
Texto por:
Tokko CR