No puedo leer un solo libro. 
Una sola página. 
Un solo párrafo. 
Ni una línea. 
No puedo escribir, 
ni coger el teléfono, 
ni encender un cigarrillo, 
ni extender las piernas,
ni levantarme 
siquiera 
de esta silla. 
Si me buscara 
el pulso 
estoy segura 
de que no me lo encontraría. 
Realmente no sé 
lo que me pasa. 
No es asco. 
No es hastío. 
No es abulia. 
No es cansancio. 
No es indiferencia. 
Son todas esas cosas 
y no es ninguna. 
Es como si el mundo 
se me hubiera
parado
encima.

Roger Wolfe